A finales de agosto, la familia que da vida a El Gato de Alicia vivió una tempestad. José, el esposo de Mariluz Barrera González, la fundadora de esta biblioteca y espacio filosófico, vivió un accidente en su hogar al subirse al techo a limpiar las hojas. Su caída le provocó fractura en dos vértebras, por lo que ahora necesita reposo absoluto por un par de meses.
Aunque no requirió cirugía, lo que sí necesita son muchos cuidados, además de una cama especial que tuvieron que colocar en su hogar. Lo más difícil es que entre todo este caos físico y emocional, no pueden detenerse porque precisan de contar con los recursos económicos para cubrir los costos de las atenciones médicas.
“Enfrentamos la dura realidad: organizar la casa, adaptarnos a su recuperación y asumir que, por un tiempo, la biblioteca, que él ha sostenido con tanto amor, tendrá que caminar diferente”, expresó Mariluz Barrera en el Facebook de la biblioteca cuando anunció lo que había ocurrido.
En este momento de tempestad, el lugar que para Mariluz nació con la intención de ser luz, de ser un faro, también necesita que les ilumine de vuelta. Para ella, la mejor manera de apoyar a su familia es formando parte de la biblioteca a través de las actividades que realizan, así como recomendando a otras personas que también asistan. “Eso nos da vida, nos permite seguir, nos ayuda a que este espacio resista en medio de la adversidad”.
Y es que un espacio como este, que se autosostiene, siempre necesita del apoyo de su comunidad. Pero ahora que un accidente llegó a la puerta, como acostumbran, de manera inesperada y sin dar tiempo a prepararse, necesitan a su comunidad presente más que nunca.
¿No conoces El Gato de Alicia? Te contamos su historia
El Gato de Alicia es una biblioteca y espacio filosófico que fundó Mariluz en Campeche, hace casi 10 años –en 2014 exactamente–; sin embargo, no llegó a Mérida hasta el 2017 cuando ella y su familia se mudaron para acá.
Al principio la biblioteca se encontraba únicamente en su sala, sin embargo, durante la pandemia lograron hacer la inversión para convertir su garaje en el nuevo espacio para la biblioteca.

Con una carrera en psicología y una maestría en filosofía, Mariluz Barrera tenía muy claro el concepto que quería crear: un espacio para la filosofía práctica. Es precisamente por eso que no solamente te prestan libros en esta biblioteca, sino que además te ofrecen talleres, cine filosófico, círculos de lectura, entre muchas otras actividades que puedes conocer a través de sus redes sociales –Facebook, Instagram y TikTok–.

“La filosofía y las bibliotecas siempre han tenido una conexión, es algo que va de la mano y no solo es una cuestión con la lectura, sino que las bibliotecas desde hace años han dado un giro: son centros culturales”
Mariluz Barrera González, fundadora de El Gato de Alicia
El gusto familiar por los gatos, además de lo que representa el gato de Chesire en la historia de Alicia: el filósofo, el que la cuestiona… Eso es lo que da nombre a la biblioteca, que para Mariluz es como nombrarla “el gato filosófico”.
Para ella, es importante que exista un lugar como este, que haga práctica la filosofía, porque desde su visión “la cultura no debe estar en manos del sistema”, pues reconoce que el sistema se enfoca en lo que considera prioritario y no considera importantes el desarrollo crítico, las humanidades ni las cuestiones espirituales.
Este es un espacio que sostiene su comunidad, aunque es un lugar público –es decir, puede asistir quien quiera– que existe gracias a la donación de libros y se sostiene gracias a la gente que visita la biblioteca, quienes se inscriben a las actividades y gracias a la familia que la encabeza.
Desde su perspectiva, El Gato de Alicia, también es una forma de resistir, de volver a lo físico. No solo en los objetos, sino también en cuanto a la presencialidad de la gente, pues señala que la soledad se está convirtiendo en un problema porque para salvar al mundo es necesario estar juntxs.
Esta biblioteca, además de ofrecer actividades para sostenerse y promover la lectura y la filosofía, también tiene memebresías anuales y semestrales para que puedas utilizar los libros que están allí; ahí mismo puedes ir a trabajar.
Ser lectora, lectore, lector de biblioteca no es lo mismo que leer en soledad; por eso ella quiere crear lectorxs en bibliotecas, para que la lectura se acompañe y se convierta en una aventura más allá de las hojas.
