Hoy en el Parque de San Juan, a pesar de la fuerte lluvia, mujeres lesbianas, bisexuales y personas trans se reunieron para visibilizar a esta parte de la población LGBTTTIQA+, con la nombrada Marcha Sáfica.
“Yo considero que es importante esta visibilización porque lo que no se conoce, no se respeta y no se cuida”,
dijo Patricio, un manifestante, al concluir la Marcha Sáfica.
Fueron alrededor de 15 personas las que, con paraguas o sin él, caminaron hasta el Parque de Mejorada, en donde finalizaron la marcha que llevaron a cabo con consignas que resaltaban la resistencia trans, lesbiana, bisexual y sáfica en general.
“¿No que no? Sí que sí, ya volvimos a salir”, fue una de las consignas presentes en el contingente, pero además, también levantaron la voz señalando que las infancias y las disidencias en Gaza no son una amenaza, esto como un pronunciamiento hacia Palestina.
El pronunciamiento de esta Marcha Sáfica, fue el siguiente:
Hoy salimos a tomar la calle con la voz firme y el corazón ardiente. Nos nombramos sáficas, bisexuales, lesbianas, queer, pansexuales, disidentes, mujeres que aman mujeres, sujetas al deseo que se sale de la norma, que se sale de lo que desde niñxs se nos enseñó que debe ser: el mandato heterosexual y patriarcal de que el único amor válido y que merece ser visible es el heterosexual, donde la meta de toda mujer debe ser casarse, tener hijos y como si fuese un intercambio justo, canjear su libertad por la realización patriarcal de “ser una buena mujer”.
Hoy juntamos nuestras cuerpas aquí para sostener en comunidad que cada une de nosotres tiene la libertad de ser lo que nos dé la gana. En una ciudad “blanca y segura” para quienes tienen privilegios, ser sáficas y amar en libertad es revolucionario.
No hay orgullo posible en una tierra devastada y violada. Decimos NO al Tren Maya, NO a las granjas porcícolas, NO al despojo disfrazado de desarrollo. Defendemos los cenotes, la vida, las abejas y los pueblos originarios que sostienen a esta península. La lucha sáfica es también una lucha por la defensa del territorio.
No marchamos para encajar en sus moldes de consumo, rechazamos al sistema que lucra con nuestras identidades y luchas. Cada año en junio el estado nos muestra su cara falsa de aceptación y celebración a las disidencias, pero la realidad es que la única población a la que les importa cuidar es a los hombres gays blancos cis. Exigimos justicia, derechos y dignidad para las personas sáficas trabajadoras, para las que cuidan, para las que maternan, para las que resisten. Nuestro amor no será domesticado por el mercado.
La migra, la tira, la misma porquería, abajo el muro de segregación. Palestina libre sin ocupación, ternura lencha y trans contra el cis-tema capital.
