En Santa Gertrudis Copó la comunidad Maya está conformada por un estimado de 700 personas, número que ha sido rebasado por habitantes de la ciudad.
Santa Gertrudis Copó es una zona que se vende como de alta plusvalía debido a los comercios y establecimientos que tiene a su alrededor, por esta misma razón, las rentas rondan desde los 10 mil pesos hasta 50 mil o más; pero ¿qué pasa con la comunidad Maya que forma y formaba esta subcomisaría en Mérida desde antes de que esta “plusvalía” llegara?
Leydi Eloína Cocom Valencia, del Consejo Protector de Santa Gertrudis Copó, externa la preocupación de desaparecer como pueblo Maya ante el crecimiento urbano, pues sus usos y costumbres, son distintos al de las ciudades. “Estos mega edificios van en contraste con nuestro entorno, nos está causando una decadencia en el medioambiente, están afectando áreas verdes, de árboles, de montes”.
La urbanización ha provocado que estas costumbres y tradiciones se vean afectadas, pues señala que cuando realizan sus fiestas tradicionales incluso les han enviado a la policía para que se detengan porque les parece molesto a las y los vecinos; cabe decir que esa comunidad celebra principalmente la fiesta patronal de Santa Gertrudis Copó el 16 de noviembre, es decir, tan solo una vez al año.
Con firmeza dice que las construcciones que están realizando en su comunidad se las presentan en pro de la “alta plusvalía”, pero en la realidad esto únicamente se convierte en un incremento a sus costos de vida; un ejemplo de ello es el pago del predial, que antes oscilaba los 200 pesos, mientras que ahora pagan desde 2 mil hasta 16 mil pesos.
“No hay una tarifa preferencial para la zona original. Santa Gertrudis se encuentra dentro del Catálogo Nacional de Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas“.
Leydi Eloína Cocom Valencia, representante del Consejo Protector de Santa Gertrudis Copó.
“Se ha vuelto imposible salir o entrar a nuestra propia comunidad por el flujo vehicular, imagínense cómo nos sentimos ante esta invasión de tráfico y esto nos está llevando también, a todos los yucatecos no solo a los originarios, a un estrés muy fuerte”
Leydi Eloína Cocom Valencia, del Consejo Protector de Santa Gertrudis Copó
Además del impacto económico y social que tiene para las familias mayas el “desarrollo” urbano de esa superficie territorial, advierte sobre las afectaciones al medioambiente, pues están acabando con los montes, contaminando el aire e incluso coartando el derecho al sol con las construcciones de altos edificios.
Ante la posibilidad de la construcción de un edificio de 26 niveles, cuestiona cómo van a controlar las aguas residuales, pues el factor común en megaproyectos ha sido la falta de vigilancia en el tratamiento de estas aguas por parte de las autoridades, por lo que se contaminarían sus pozos y el manto freático.
La también representante del Consejo Nacional de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos, aprovecha para recordar que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce el derecho a la consulta previa e informada a los pueblos originarios para realizar este tipo de obras, sin embargo, no han realizado este tipo de consultar para el “crecimiento” inmobiliario en esta comunidad. “Es deber del Estado, del municipio y los gobiernos hacer esta consulta a los pueblos originarios porque tenemos derecho a saber de qué manera nos va a impactar cualquier proyecto”.
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