Sofía León tomó la decisión de mudarse de un cuerpo a una cuerpa como una postura política porque si el cuerpo responde al sistema y los mandatos patriarcales y hegemónicos, la cuerpa se revela a ello. “Para mí cuerpa se escribe con a de anarquía, con a de anarcorpóreo, con esta a que ya no responde al cuerpo, que ya no responde al mandato del deber ser”.
Si ser un cuerpo implica mantenerse toda su vida al servicio de lo que el capitalismo quiere de ella, si ser un cuerpo implica pensar que el éxito es el fin y que ese éxito solo pertenece a las personas delgadas, si ser un cuerpo implica vivir en lucha consigo misma… “entonces no quiero, no me interesa”.
“La apropiación de la palabra cuerpa viene de los activismos feministas, de nombrar el cuerpo como algo no masculino”.
Todas estas ideas parten de su propia historia y la llevan a crear. En 2020, Sofía se encontraba estudiando Teatro en la entonces Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), ahora Universidad de las Artes de Yucatán (UNAY). “Encontrarme con el teatro, fue encontrarme con mi cuerpo y encontrarme con mi cuerpo […] y me puso en aprietos”.
Uno de los aprietos que vivió fue que al repartir personajes, nunca le tocaba ser protagonista, pues las protagonistas siempre eran delgadas. Como estudiante, procuraba ser igual que el resto, esto también en consecuencia a comentarios del profesorado “debes ser ligera como un gato”, “debes bajar de peso”, “tienes potencial, pero necesitas bajar de peso para ser buena actriz”.
Los comentarios no quedaban solo en palabras, sino que los perfiles que buscaban para obras, nunca se acercaban al suyo… A menos que fuera para un comercial de postres o amiga de la popular, siempre posicionando a las personas gordas en lugares específicos, en un tinte de burla.
“Muchas actrices y muchos actores con tal de encajar, con tal de tener trabajo, con tal de ser aceptados, de seguir siendo parte del medio, nos metemos en un clóset de las tallas, donde siempre estamos trabajando por ser más delgados, por ser más atléticos, por ser más fuertes”.
Sofía León, directora de Laboratorio Reverberante
Ella reconoce que hablar abiertamente de la gordura, contraponer el discurso impuesto, implica meterse problemas y recibir patologización al respecto, con gente que dice alegar por la salud; sin embargo, ella resiste desde el teatro creando Territorio Cuerpa.
Territorio Cuerpa, en pocas palabras, es Sofía León. Es también una búsqueda por generar escena y encuentro sin pretensión, ni la perfección como fin último, sino crear un momento de intimidad con las personas.
“Es un gran abrazo a mí y a todas estas personas que en algún momento de su vida o que durante toda su vida han sentido que no caben en el molde y que no hay lugar en el mundo para ellxs. Es como decirnos: no lo hay, lo sé, pero podemos construirlo”.
Sofía León
Su proceso personal y profesional, la llevaron a crear Territorio Cuerpa, proyecto que comenzó como una investigación interdisciplinaria de largo aliento gracias a que Sofía fue acreedora de Creadores Escénicos en Formación.
Desde que inció este proyecto, uno de sus objetivos era salirse un poco del teatro y buscar en otras áreas, encontrándose con la performatividad desde las artes visuales, fue así que el producto de su investigación no se convirtió en una obra, sino en una instalación performativa. “Para mí fue algo muy importante el descolocarme de mi lugar conocido”.
Desde su visión, la instalación performativa tiene un espacio abierto para connvivir con las y los espectadores, así como a improvisar, mientras que no es así en obras teatrales.
“En esta pieza yo soy yo, siempre. Las personas no se encuentran con yo personaje, se encuentran con Sofía y es Sofía quien les comparte, a través de herramientas poéticas, a través de toda una construcción ficcional, les comparte una historia, pero en ningún momento estoy representando, siempre es una presentación”.
Sofía León, creadora de Territorio Cuerpa
Su camino para convertir la investigación en una instalación performativa fue también “una búsqueda en el arte”, pero mirando al arte no como el fin, sino como la herramienta y para ello integra diversidad de artes como el canto, el dibujo, el baile, entre muchas otras.
Para Territorio Cuerpa la interdisciplinariedad es muy importante porque es precisamente desde ella como su investigación comienza, con el diálogo con 15 artistas de diferentes áreas (artes visuales, fotografía, danza, teatro…) que le compartieron sus poéticas, con lo cual buscaba responder: ¿Cómo construir poesía a través de un cuerpo gordo? ¿Cómo un cuerpo que culturalmente, históricamente, se observa como algo negativo, como algo que no debería existir, como algo que se debe nombrar siempre desde la patología, desde el no deber ser, cómo yo llevo a este cuerpo a un lugar de innegable belleza?
Más allá de calificativos como bueno y malo, su fin con esta instalación es que quien mira, encuentre y sienta cosas que no encajan con lo que la sociedad cuenta sobre la gordura.
Creando una experiencia confrontadora y tierna, su instalación cuenta con diversidad de elementos, entre ellos, una pieza musical que nació en la intimidad de su Habitación, que no tenía el fin de formar parte de Territorio Cuerpa, pero que durante un montaje se dio cuenta de que tenía sentido incorporarla.
Un proceso por caminos desconocidos, pero llenos de aprendizajes
Esta fue la primera vez que Sofía fue acreedora a una convocatoria de Cradores Escénicos y, además, que ejecutó un proyecto completamente suyo, por su cuenta, esto significó aprender y confiar. “Entender que en el proceso no se trata de ser perfecta, sino que es el proceso y que si la cago, la voy a cagar”.
“Cuando yo inicié el proyecto, creo que lo inicié desde un rencor y una furia. El video que mandé a la convocatoria para presentar el proyecto es un video donde yo estoy sentada, semi desnuda, con un pastel frente a mí y me azoto la cara frente al pastel mientras tiro un vómito verbal donde culpo a todo el mundo por mi condición y en el proceso me di cuenta de que no”.
Ahora, luego de su proceso de investigación, pero también interno, opina que la furia es buena, pero no solo se trata de eso. El fin no es señalar ni encontrar culpables, pero sí resignificar. “No quiero replicar la violencia que ya existe, ¿por qué me voy a poner frente al mundo dándoles la imagen que ya dicen que soy?”.
Además, cuenta, cuando inició Territorio Cuerpa pensaba que podría salvar a todas las personas gordas, menos a ella. Mientras que ahora reconoce que este trabajo, es primer lugar es para Sofía y por su dignidad, más allá de querer salvar al mundo. “Me quité un peso de encima […] Cómo cuido a lxs otrxs si no me cuido a mí, yo parto desde mí, para mí, y lo que llega a otrxs es la resonancia de lo que ocurre conmigo”.
Pero sus aprendizajes no solamente fueron alrededor de la gordofobia, sino también en cómo tomar el liderazgo de un proyecto, así como crear sin replicar violencias en sus presentaciones.